Desafío Tierras Altas
Territorio Celtíbero
El DTA es mucho más que una prueba de Mountain Bike, el DTA es nuestro homenaje al espíritu luchador de todos los pobladores que han hecho posible que este territorio nos reciba hoy; es un homenaje al espíritu de las Tierras Altas.
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Un territorio con huellas de dinosaurio del cretácico, con poblados celtíberos y castros de la edad del hierro. Un territorio donde nace la Cañada Real más larga de España, y que vivió su época dorada con la trashumancia de las ovejas merinas en la Edad Media, bajo la protección del poderoso Concejo de la Mesta. Un territorio lleno de fuentes, tierras de labor, senderos de montaña y caminos naturales entre barrancos, que nos descubren pueblos con monumentos nacionales y castillos medievales . Un territorio herido por la despoblación, cuya soledad y silencio nos sobrecoge.
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Y todo ello envuelto en el impresionante paisaje de las Tierras Altas, con su espectacular horizonte. Bajo la atenta mirada del guardián «Moncayo», podemos disfrutar de sus bosques de encinas, sus campos de cultivo, sus sierras coronadas hoy por parques eólicos, sus barrancos, sus fuentes naturales y sus ríos de montaña, ocultos a la vista de los que no se adentran en sus dominios. Un territorio que esconde delicias gastronómicas como los mejores torreznos del mundo, renombrados quesos de montaña y embutidos locales aliñados como sólo aquí saben hacerlo.
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Todos los caminos, pistas y senderos que recorre el Desafío Tierras Altas tienen una historia que contar, historia que reside en la memoria de todos los lugares que atraviesa, y que se siente viva de nuevo con el paso de todos los bikers.
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Somos celtíberos, somos trashumantes, somos pobladores de lugares hoy abandonados, somos soldados en defensa de castillos medievales, somos pastores y agricultores unidos a la tierra que pisamos. Recorremos los mismos caminos que pisaron pueblos y criaturas hoy desaparecidos. Sentimos esa historia viva, desde la modernidad de nuestros tiempos hasta la época del cretácico, con restos visibles de muchas épocas y culturas.
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El espíritu del DTA tiene mucho que ver con sentir la tierra que pisamos y respirar la esencia de estos lugares. El espíritu del DTA invita a dejarse llevar con nuestras monturas por estos territorios cargados de historia, por estos lugares en los que la naturaleza no se deja dominar. El espíritu del DTA nos pide que escribamos nuestra propia página en la historia de las Tierras Altas, nuestra propia contribución a la pervivencia de estos lugares.
